La Facultad de Ciencias Sociales de la Universitat de València fue el escenario escogido para la presentación del documental ‘Hijas de la Coma’, una película que muestra la realidad a la que se enfrentan algunas vecinas de este barrio de acción preferente a la hora de encontrar una vivienda digna en la que subsistir. A la presentación del largometraje acudieron muchos de los alumnos de la Facultad, así como algunos vecinos del barrio, representantes de la asociación de vecinos o la concejala de Participación Ciudadana en el Ayuntamiento de Paterna, Neus Herrero.
La idea del documental parte de la necesidad de contar la situación de las mujeres en el barrio y nace de las mentes de tres jóvenes (Jaume, Lola e Iñaki) y de un gran número de colaboradores que con su trabajo, esfuerzo y dedicación han logrado plasmar en 50 minutos esta problemática social. Las cuatro protagonistas narran en primera persona su situación, haciendo una radiografía de la realidad así como de la relación con la actual Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE) que a día de hoy administra gran parte de las viviendas que se ocupan en el barrio.
Precisamente, el tema que más trasciende durante el documental es el hecho de que los vecinos, y las protagonistas en concreto, tengan que vivir “de patada”, una expresión que hace referencia a ocupar de forma irregular una vivienda, la única solución a la que se ven abogados muchos de quienes no tienen un techo donde cobijarse. Son muchas las familias del barrio que comparten un único entorno familiar, lo que en algunas ocasiones provoca que en menos de sesenta metros cuadrados tienen que convivir una docena de personas, tal y como narra esta producción audiovisual. Las mujeres denuncian colectivamente la mala praxis de la entidad con respecto a ellas, y relatan que les piden las llaves prometiéndoles “una vivienda” y que luego les “hacen esperar durante años sin recibir nada a cambio”.
La película recoge también algunas de las carencias del barrio de La Coma, una zona “apartada de la civilización” que incluso muchas mujeres llegan a comparar con la cárcel. Así, hacen especialmente hincapié en los temas relacionados con la limpieza urbana o la sanidad, y echan en falta un servicio de urgencias médicas que puedan cubrir el turno de noche. Otra de las asignaturas pendientes para las protagonistas también es el sistema educativo, ya que reclaman la demolición del “muro de la vergüenza” para que se pueda ampliar el colegio existente, que además parece no estar cumpliendo con sus objetivos. Lo relata una de las protagonistas, quien asegura que su hija “tiene ocho años y todavía no lee”. Además, también apuntaba a la problemática con los idiomas puesto que “el castellano impera y no se habla valenciano en el barrio”.
La asociación Crecer en La Coma es la entidad que ha recogido el testimonio de todas estas mujeres y que está mediando jurídicamente para defenderlas a ellas y a sus familiares.
A día de hoy, el gran problema que existe lo protagonizan aquellas personas que se han quedado fuera del proceso de regularización al que pueden acogerse todas aquellas familias que hubieran ocupado una vivienda con posterioridad al 1 de julio de 2015. Al menos 25 familias del barrio están excluidas, por lo que la asociación mantiene una lucha abierta con los diferentes organismos oficiales que tienen cabida en este proceso y está dispuesta a llegar hasta el final para garantizar a estas vecinas de un bien tan básico como es la vivienda, tal y como recoge la Constitución Española en su artículo 47.