Desconocimiento, adaptación y nuevos retos.
Debido a la emergencia sanitaria generada por la COVID-19, y ante el estado de alarma decretado por el Gobierno, los españoles hemos permanecido confinados en nuestras casas durante semanas.
Este periodo ha hecho que hayamos tenido que convivir con la incertidumbre de una situación que hasta ahora desconocíamos. Hemos tenido que lidiar con el estrés, la ansiedad y el miedo. También hemos podido sentir indefensión ante la dificultad y adaptarnos a un nuevo escenario desconocido para la mayoría.
Si ya bien, para la sociedad en general ha sido difícil haber lidiado con esta nueva enfermedad, la COVID-19, cuanto ni más, para las personas que padecen una enfermedad mental y para sus familias. Las personas con problemas de salud mental pueden tener vulnerabilidades añadidas respecto al resto de la población.
A partir de ahora nos encontramos ante un nuevo escenario de desconfinamiento y que supone nuevos retos que hemos de saber afrontar eficazmente para que la vuelta a la normalidad se produzca del mejor modo y lo antes posible. Nos encontrarnos con una situación nueva en la que debemos aprender a vivir y convivir.
Nuestras reacciones ante la nueva normalidad.
Tras muchas semanas de haber permanecido en casa sin apenas haber salido de ella, y tras la adaptación tan rápida a la que nos hemos sometido, ahora nos encontramos con una nueva situación y una nueva y rápida adaptación. Esta circunstancia, para muchas personas, genera una reacción de estrés en nuestro organismo, que se manifiesta a través de las siguientes reacciones:
