Las nociones de ética pública y buen gobierno están presentes de diferentes maneras desde el pensamiento político y se relacionan con la calidad institucional y la rendición de cuentas. Así, el establecimiento de mecanismos eficaces de control del poder y de ética pública se evidencian como elementos clave para la prevención de la corrupción y la generación de vínculos de confianza entre la ciudadanía y las instituciones. En los últimos años, la conveniencia de este tipo de código ha sido asumida en diferentes países con alta calidad democrática y por organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Consejo de Europa o la Unión Europea. Estos códigos se conciben como instrumentos más orientados a la prevención y persuasión que a la disuasión de sus destinatarios y destinatarias y, siguiendo esta tendencia, en nuestro entorno ha sido en los últimos años cuando ha proliferado la elaboración de este tipo de normas, tendencia que se ha expresado también en otras leyes en materia de transparencia, de buen gobierno y del ejercicio del alto cargo.
Por todo esto, desde el área de Buen Gobierno y Participación Ciudadana se están iniciando los trámites para facilitar la adhesión tanto del equipo de gobierno como de la corporación en general. Hay que recordar que la adhesión al código ético de Buen Gobierno es individual y voluntaria. Y cómo indica la responsable de Buen Gobierno municipal, Neus Herrero,
«Las personas sujetas a este Código se guiarán por los valores democráticos y sociales, los principios de integridad y ejemplaridad, la sobriedad en sus actuaciones y el compromiso con el impulso del gobierno abierto y la buena administración”.
El código prevé el compromiso con los valores democráticos y sociales como por ejemplo la defensa de los derechos humanos, la promoción de la igualdad entre hombre y mujer, el respecto a la intimidad, la promoción de la normalización del valenciano y el compromiso contra la violencia. También incluye valores de integridad y ejemplaridad y más en concreto, en su artículo 21 prevé un buen uso de la publicidad institucional, explicitando que «las personas sujetas a este Código se abstendrán de utilizar la comunicación publicitaria institucional para fines partidistas o como elemento de propaganda personal. La publicidad institucional que realizan las organizaciones e instituciones públicas se ajustará siempre a los principios de interés ciudadano, veracidad y lealtad institucional».
«El nuevo gobierno nacido del Acuerdo del Batà apostamos por la transparencia, la legalidad y la ética. Por eso llevaremos este código de Buen Gobierno al Pleno para que todos aquellos concejales que quieran se adhieran independientemente del partido político del que provengan», ha declarado Neus Herrero responsable de Buen Gobierno y Participación Ciudadana. Por su parte Juanma Ramón, Primer Teniente de Alcalde ha manifestado la necesidad que todos y cada uno de los concejales se adhieran, de manera «individual y voluntaria«, a este código para evitar conductas del pasado en que se gestionaba las administraciones públicas cómo si de un «cortijo» particular se tratara. Desarrollando redes clientelares y confundiendo lo público con lo privado con viajes al extranjero pagados por todos y utilizando los medios municipales para la promoción personal».
