En esta ocasión, las protagonistas de este espacio, merecen toda mi consideración, todo mi respeto. Solo pretendo que sirva de revulsivo a romper miedos. Me refiero a esa cifra que maneja el CGPJ, que afirma con datos objetivos, que ocho de cada diez mujeres que reciben malos tratos no los denuncian. Entiendo, hasta comparto vuestra opción por la presión a la que os veis sometidas. Algunas tenéis hijos por los que teméis. Otras, os agarráis a un desesperado intento porque todo se reconduzca, porque vuestra convivencia puede normalizarse. A veces, la propia familia, os convence para evitar el “escándalo”.
Cuando el machismo luce su expresión más salvaje, el primer empujón, la primera bofetada, la primera violación contra vuestra voluntad y vuestro cuerpo, tened presente que casi siempre, todo va a ir a más. Que la escena va a repetirse con mayor periodicidad. Porque el “macho” que os cree de su exclusiva propiedad, en el fondo, es un jodido degenerado, frustrado como hombre , como profesional, como amigo. Y en su repugnante mente, encuentra la salida social del maltrato porque sois lo que tiene más a mano para desahogar sus fracasos como ser humano.
Algunas, lleváis toda la vida aguantando este comportamiento de vuestra pareja, porque “donde vamos a ir a estas alturas” Siempre hay otra vida fuera del maltrato, al margen de la edad. Y sobre todo, siempre queda toda una vida, cuando ya en la adolescencia, vuestra pareja, pide explicaciones de todos y cada uno de los movimientos que hacéis fuera de su presencia. Cuando os controlan el correo, los amigos, cuando os dicen con quien podéis ir y con quien no.
El machismo, la mayoría de las veces, pasa al estado de violencia. Y para evitarla, tenéis que ser fuerte y denunciarlo. Aprovechando que cada vez más, nuestra sociedad, y –sobre todo- las fuerzas del orden, cada vez son mas sensibles a repudiar y castigar estos repugnantes hechos. Con ese paso adelante que aún no habéis dado, ni tendréis vida propia, ni la sociedad podrá tomar conciencia de la magnitud del problema, ni la ley podrá actuar sin vuestra colaboración. No sois cobardes. Es solo que Las circunstancias que os rodean, coartan vuestra libertad y pasáis a la pasiva resignación.
Adelante. No deis ventaja al macho ibérico que no os merece. Pero es que, además, no os quiere. Nadie haría daño a la persona que quiere. No le permitáis impunidad a cuenta de vuestro dolor, así de paso, animareis a otras a que hagan lo mismo, y al final, conseguimos quitarnos de en medio esta lacra de proyecto de hombres que nunca podrán llegar a serlo.
Si gracias a dos de cada diez mujeres, que denuncian estos hechos, ya consiguen que todos estemos contra la violencia de género, figuraos, con vuestra necesaria ayuda, lo que podremos conseguir en la erradicación de esta cáncer que representan estos sicópatas, proyecto fracasado de ser humano, que solo son impotentes reprimidos, que solo encuentran este camino para reivindicar su virilidad.
Os dejo con todo mi cariño, en este rincón de pensar, solo con la buena fe, de que hagáis el suficiente acopio de valor para luchar por vuestra propia dignidad. Y sabed, que la semana que vais a permanecer en este rincón de pensar, no es un castigo. Solo debe servir como aliciente para decir NO, a una vida sin horizonte. Os dejo con vosotras mi corazón, parra que también me ayudéis a seguir luchando por la causa. Os quiero. Pero os quiero libres.