Inicio OPINIÓN Al Rincón de Pensar: A Esperanza Aguirre

Al Rincón de Pensar: A Esperanza Aguirre

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Condesa de Bornos y Grande de España. Pero no la traigo a usted a este rincón de pensar, por pertenecer a la nobleza de más regio abolengo. Sobre todo, después de que ha demostrado a toda España que los ricos también lloran. Aunque a decir verdad, sus lágrimas dan más grima que pena.

Usted, señora, no es tonta. Más le digo: creo firmemente que ejecuta a la perfección su trabajo de cazatalentos. Y para ejercer esa profesión se necesita tanta inteligencia como la que usted posee. Escogió para “la causa”, la flor y nata de la gente de la que se rodeó..

No le salió ninguna rana. Usted escogió a sus propias ranas, en previsión de que tendrían que trabajar tanto en la tierra como en el agua. En su modestia, intenta ahora decirnos que no tuvo buen ojo, cuando lo cada una de sus elecciones fueron perfectas para ejecutar los fines pretendidos. Y usted. fue presidenta de su partido en Madrid, Presidenta de la Comunidad, alcaldesa; vamos que era imposible calentar un puchero sin que usted probase como andaba de sal. Y un monumento debiera hacerle su partido así en Madrid como en el resto de España. Nunca pudieron soñar con tanto dinero como usted les ha proporcionado- Entienda Condesa, que todo esto no es más que una reflexión a la que debo poner y pongo el presuntamente de rigor. Lo que no es presunto, es la cara tan dura que hay que tener para decir que usted destapó la trama Gúrtel. Usted, tapó la corrupción, ya fuera por interés del partido, ya por otros intereses que a tantos han beneficiado y que el pueblo de Madrid paga a escote.

Lo malo, condesa, es que no ha respetado el principio de que nobleza obliga. A cada uno de sus fichajes, a los que posteriormente fichó la policía, los ha negado, no tres veces, trescientas. Granados nunca había sido hombre de su confianza, solo su mano derecha. A gente que hoy duerme en la cárcel,, que fue puesta en lugares donde se podía robar,  puesta por usted, ha negado conocerlos. A otros no los nombró usted, -pero los ratificó en el puesto- y por último, está lo del pobre Nacho. ¡Cuánto dolor causan los amigos íntimos!. Ya sé que usted sabrá sobreponerse. Cuando se ha vivido un matrimonio político tan pleno, tan lleno de momentos felices, cuesta aceptar la ruptura. Yo lo concedo tiempo, el que necesite, porque sé que acabará negándolo otras trescientas veces. El amor es ciego, pero usted es superviviente nata. Además, en este caso, usted sabía que el presidente le engañaba; hasta se lo preguntaba usted a los periodistas. Pero permanecieron unidos en la fortuna y en la desventura. Negará a González como El P.P. comienza a negarla a usted. Estos desagradecidos ya no se acuerdan de los balones de liquidez que les metió en sus arcas.

No la pongo en este rincón de pensar por tonta, como usted quisiera que pensemos de su persona. La traigo aquí, por espacio de una semana, por el convencimiento ciego que siempre ha tenido de que los tontos somos todos los demás. Y porque, pase lo que pase, nunca tira nadie de la manta, porque hasta la propia manta no sabemos de quién es. Solo sabemos que todas las mantas las paga el pueblo