Inicio OPINIÓN Al Rincón de Pensar: A las elecciones francesas

Al Rincón de Pensar: A las elecciones francesas

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Más que a las elecciones, a la lectura que de ellas  hacen, ya sean los agoreros, o bien los interesados en hacer interpretaciones sesgadas en propio beneficio.

Ya sé, que más de un 30% de votos a un partido fascista.-vamos a dejarnos de ocurrencias y catálogos benévolos- es un porcentaje preocupante. Pero Francia es una república democrática que está muy alejada del fascismo. Francia, el país de la igualdad, la libertad y la fraternidad, luchó siempre contra las políticas fascistas de Europa. Y el Frente Nacional, no es un partido populista, de los que ahora están en boga, y te dicen las cosa que quieres oír, a sabiendas, de que si llegaran a gobernar, no podrían cumplirlas. El partido de Le Pen, es mucho más peligroso, porque cree en las barbaridades de su ideario y estaría dispuesta a cumplirlas si alcanzara el poder. Si ya en Alemania, lucharon por una pureza de raza Aria, la líder francesa lo haría por mantener una raza francesa con mas pureza que el propio Sena.

El extenso 30% que ha votado a la líder, digna hija de su padre, lo ha hecho por rechazo, por desencanto por hartazgo  de los partidos democráticos del arco parlamentario francés que no les resuelven sus problemas. De esto también sabemos en España. Lo han hecho por la desafección a unos políticos, que son incapaces de sacarnos de la crisis, de darnos trabajo y seguridad de futuro. Y no es absurdo, que los votantes más marginales hayan votado a la ultra francesa. Son los que peor lo están pasando, y han querido castigar a los culpables, que son los que gobiernan. Pero no deberíamos correr esos riesgos. Para gritarles a la cara a los políticos, se puede votar en blanco, que es una buena forma de decirles que no los creemos. Pero rebotarse y dar el voto a unas ideas del calibre de las que defienden estos partidos de extrema derecha-fascistas decíamos- tiene un peligro que puede ser irreversible. Si estos energúmenos, cogen el poder, solo por nuestros rebotes, la consecuencias pueden ser irreversibles. Nos va en juego la dignidad, que es lo último que un votante debe dejarse arrebatar-

Quede claro, que la culpa de que esto pudiera ocurrir, habría que repartirla entre los votantes y los partidos democráticos que anteponen intereses personales a los de un Estado, a los de un pueblo, que en el siglo XXI, es una convivencia de razas, culturas,  derechos sociales, donde cada uno es un prójimo del otro sin más etiquetas, y donde todos tenemos la obligación de ser solidarios con todos.

Mostremos a nuestros gobernantes que no estamos de acuerdo con sus políticas, pero no hipotequemos nuestro futuro hasta convertirlo en un pasado no tan lejano, que todos queremos olvidad en la vieja Europa civilizada. De esto sabemos mucho los españoles, saben los franceses,  saben los alemanes y los italianos. Cualquier tiempo pasado fue peor.

Dejamos hoy, la puerta abierta, sin imposiciones a este rincón de pensar, para que por ella pasen los que pudiendo elegir entre lo malo y lo peor, elijan esto último , solo por querer castigar a los primeros. A los actuales, podemos, y debemos hacerles cambiar de rumbo. A los otros hay que tirarlos del mapa de la política. O eso o el caos. Y el caos es el fascismo que no conseguimos enterrar de una puñetera vez.