Las descalificaciones, gratuitas y los cambios de rumbo restan credibilidad, y a veces, no siempre, castigan a los gobernantes.
Nadie debe imponerse por el mero hecho de tener unos votos más.
Todo esto en la política municipal es muy notorio y perjudica a Paterna a quien debemos servir. Es decir a las personas que viven en nuestros pueblos. A aquellos a quien dijimos defender y que nos han votado, incluso a los que no lo hicieron. Algo que no debemos olvidar.
Aprovecharse de de quienes por responsabilidad mantienen la decisión de cogobernar a pesar de trabas que se les ponen es una actitud poco noble y nada inteligente.
La prepotencia no es buena compañera, responde a viejas políticas que nunca han favorecido a la mayoría de las personas que viven a diarío situaciones diversas, y con demasiada frecuencia, difíciles.
También hay quienes por defender la necesidad de mantenerse o sacar rentabilidad política, no son capaces de denunciar decisiones injustas públicamente, y hay silencios sorprendentes por parte de quienes siempre hacen patente la defensa de los derechos de los trabajadores.
En definitiva. Nadie debe abusar del supuesto poder que nace de las urnas utilizándolo de manera totalmente arbitraria.
Gobernar por tanto con humildad, responsabilidad y priorizando las necesidades de quienes son gobernados, es la premisa indispensable en una democracia más que institucional, real.
Aprendamos y pongamos en práctica principios tan fundamentales y justos para un buen gobierno
