Inicio OPINIÓN Al Rincón de Pensar: A los propietarios de su pareja

Al Rincón de Pensar: A los propietarios de su pareja

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Comienzo esta columna, con la declaración de principios, de que solo pretendo que la misma, sea un vómito  para la cada vez más inmensa minoría de machos ibéricos, que desde el momento en que forman pareja –con iglesia o sin ella de por medio- toman “posesión” de la misma. A los que se iregen en notarios para dar fe, de que acaban de adquirir una propiedad de la que pueden disponer hasta las últimas consecuencias. Es la maldita frase de “o serás mía, o no serás de nadie”, que en algunas antiguas películas le escuchábamos decir al protagonista.

Repugnantes Yihadistas que luchas por la causa del desamor. Algunos, incluso le dais el sentido religioso, en la interpretación más miserable, porque el cura ya os dijo que permanecerías juntos hasta que la muerte os separe. Pero luego sois vosotros y no Dios, quienes decidís el momento de esa muerte- Y ni siquiera os puedo clasifica en un grupo donde la falta de cultura os haga actuar así. Los sentimientos y la cultura no tienen nada que ver, a la vista de que matais mujeres, igual los licenciados, que los militares, que los parados o recaudadores de impuestos. Solo una cosa os une: un alma miserable y un desprecio absoluto por el ser humano, al que ponéis a vuestro exclusivo servicio.

Por Dios Santo: estamos en más de la mitad del siglo XXI, y aún tenéis vuestras retorcidas mente en el Cromañón.. Y, desde luego, sí hay otros perfiles que os definen como común denominador: generalmente, sois fracasados de la vida, incompetentes de la sociedad, fustados y traumatizados porque nacisteis como abortos imposibles. También creo que compartís una impotencia sexual que alguien tendrá que pagar.

A veces, culpamos a la Administración, a la Justicia, de la muerte de las mujeres a las que matáis. Y las dos son manifiestamente mejorables. Sobre todo, en las penas que se os imponen, debieran ser mucho más exigentes, como lo es la sociedad. Formáis parte de “la manada”, que no se compone de cinco bueyes impersonales y sin cerebro, sino de todos lo que actuáis de la misma repugnante forma.

Trataría de razonar con vosotros, que las cosas duran lo que duran. Que los sentimientos pueden degenerar en indiferencia, y que dos personas no tienen que convivir en un infierno, ni renunciar a otros caminos para rehacer sus vidas. Pero con burros, con hienas y con asesinos, nadie sería capaz de esgrimir razonamientos que solo son válidos para casi todo el mundo. Lo que me jode, es que vosotros también forméis parte de este mundo al que la mayoría de gente normal pertenecemos. Y me jode que luego venga un psiquiatra y con subterfugios científicos, impida que os caiga todo el pero de la Ley, para que podáis estar pronto en la calle y buscando otra pareja que adquirir para vuestra colección personal de objetos que sirven para violarlos y matarlos. O en un refinamiento exquisito de vuestro repugnante cerebro, matar a vuestros propios hijos. Que se joda la madre y sufra, que el fin, vuestro asqueroso fin, bien justifica los medios.

Ya ni siquiera escribo por vosotros. Lo hago, para que este artículo caiga en manos de alguna mujer que está padeciendo vuestra apestada cercanía. Por favor, señora, o adolescente, o joven compañera de un hombre que os de indicios de aquello en que se puede convertir o que se haya convertido. No perdáis un solo minuto en denunciar, y sobre todo, no caigáis en la tentación de volver porque os haga la promesa de que todo va a ser diferente. Os queda una vida por delante, que solo es vuestra. No aguantéis al compañero que tiene la cabeza llena de mierda en el lugar que debiera ocupar su cerebro. DE nuestra vida solo de be disponer la Naturaleza, o Dios, o quién lleve este departamento que pone la palabra fin. Pero que esa palabra, no la ponga nunca el psicópata que se oculta y se arropa con las mismas sábanas y en la misma cama en que lo hacéis vosotras. No perdéis compañía. Ganáis vuestra vida.