Concedemos esta semana, el dudoso honor, de traer a este rincón de pensar, al soberbio ex ministro Federico Trillo por su comportamiento, tanto en el momento de los luctuosos sucesos- la muerte de los militares cuando regresaban a casa con el deber cumplido de servir al estado,- como el que sigue mostrando, tantos años después con los familiares de las víctimas.
Si ya sé, que, cinco sentencias judiciales, le eximen de responsabilidades jurídicas. Pero políticamente, moralmente, éticamente,, un político tiene que mirar mucho más allá de lo que la ley da por bueno. Nunca pidió perdón a las familias de los afectados. Dijo sentirse agredido por ellos cuando le increpaban. ( qué raro, un padre, un hermano, que acaba de perder a su ser mas querido y en vez de rendir pleitesía al ministro, le increpa). Y además, ha dicho – y sigue diciendo,- que los familiares lo que buscan es una mayor indemnización, por más que los familiares insistan en que solo pretenden que se sepa la verdad.
Rajoy, despacha el tema diciendo que eso ya se sustanció en el juzgado, y que además, pasó hace mucho tiempo. Cierto, pasó mucho tiempo y pasará el fin del mundo y las víctimas, seguirán muertas. Ya lo sustanció el forense en el informe chapucero de certificar muertes y unir trozos de cuerpos hasta con tres pies en un féretro, porque corría prisa hacer el funeral de Estado y poder atender la inminente visita de un Papa.
Otras cosas sustanciaron los expertos militares, que informaron varias veces, al ministro que esos vuelos no eran seguros, con un tipo y modelo de avión que había tenido hasta seis siniestros en breves espacios de tiempo
Y por sustanciar, hasta el reciente informe del Consejo de Estado,- del que me he leído de la primera a la última página-, por más que diga, que el caso judicialmente absuelve al murciano, dice también, que existen responsabilidades patrimoniales del Estado. Dice que el medio de transporte no era seguro. Dice que no se dio crédito a informes de expertos que avalaban el cambio de compañía aérea por otra que ofreciera mejores garantías.
Siendo que el Sr. Trillo, ya recibió premio como embajador en Londres –solo cesado porque el P.P. no tiene mayoría en la Cámara-, y siendo, que a pesar de todo va a recibir un segundo premio como el de letrado con sueldo de Jeque, queremos devolver por una semana el equilibrio a la balanza, y condenamos al Sr. Trillo, a permanecer durante siete largos días ,con sus correspondientes noches, en el rincón de prensar de este digital, donde, para aliviar esta pena de dejaremos usar su uniforme de nazareno, que tanto le gusta en semana santa, y además le serán facilitados los utensilios de autoflagelación que el reo estime oportunos. Pero. no se golpee en la cara Federico, que la suya es de mármol y no le va a afectar.