Resultaría cómico, si no fuera porque es trágico. Porque el título de pensionista, solo se alcanza tras un exhaustivo examen que dura alrededor de cuarenta años. Unas cuatro décadas de dar tu tiempo, tu salud, tu dedicación al trabajo productivo, porque es la única manera de que la economía de un país,-y la tuya propia-, sean sostenibles. De tus rendimientos de trabajo, de tus impuestos, se ha mantenido sanidad, educación, fomento, a los que se jubilaron antes,…en fin, los recursos que necesita la voracidad de un Estado, para poder ofrecer acepción los servicios que todos usamos.
Cuando la crisis, aún era mas aguda que hoy, nuestros sesudos padres de la Patria, en un acto de “sublime generosidad” dijeron que revalorizaban las pensiones el 0,25%, para asegurarnos el mantenimiento de poder adquisitivo. En aquellos momentos, el IPC no crecía. En aquellos momentos, no crecía nada, a del paro.
Entonces, los jubilados, que creían contar con una pensión acorde a las cotizaciones realizadas, que les iba a permitir subsistir, se encontraron con sus hijos en el paro, con la necesidad de permitir que sus nietos pidieran estudiar.. De modo que la exigua pensión que estaba destinada a “los abuelos”, tuvo que estirarse para permitir malvivir a algunos miembros de la familia. Lo hacían por la familia, sustituyendo la obligación del Estado de cubrir las necesidades de los que nada tenían. Y así sigue sucediendo, pero con el agravante, de que este año. el IPC se sitúa en torno al 1,5%. Es decir, a los pensionistas se les reduce su poder adquisitivo en el 1,475%, o lo que es lo mismo, tendrán que intentar, repetir el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, para seguir viviendo y sostener al mismo tiempo a la familia que sigue sin encontrar un puesto de trabajo.
No importa. Ya no producen, y además, entre llevar y recoger a los nietos del colegio, tampoco les queda mucho tiempo para gastar lo que por otra parte, no tienen. Tal vez se les podrían haber actualizado, con el dinero que algunos han robado, pero tampoco se puede estar en todo. Si es que hasta la propia Esperanza Aguirre, dice tenerlo muy difícil para llegar a fin de mes.
De modo, que a la vista de los hechos probados, no nos queda más remedio que condenar a la subida de pensiones, a permanecer durante toda una semana en este rincón de pensar, donde permanecerá de modo visible para su propia vergüenza y escarnio,, y sin mas presupuesto que un euro con setenta y cinco céntimos, equivalente a la subida salarial mensual de un pensionista que cobre 650 euros.
