Primero, alimenta la quimera independentista, la sustenta, se compromete hasta las penúltimas consecuencias, enardece al pueblo y se convierte en héroe. Pero en cuanto llega la primera remesa del 155, el hombre, que está bién asesorado, cruza la frontera y deja a sus consejeros con toda la documentación en regla para entrar en la cárcel.
Todo lo que comenzó, con el romanticismo de una república independiente, tiene una segunda parte –porque aún quedan muchos trozos que ver de esta película, en la que el protagonista, queda como un repugnante traidor. Sin entrar en el fondo de si por este tema tendría que haber alguien en la cárcel, el Honorable, deberia haber permanecido al frente del barco, en vez ce ser el primero en abandonarlo, dejando a la tripulación encallada en Alcalá Meco y en Estremeras. Mientras él, como el Cid Campeador, “al destierro con varios de los suyos, Puigdemón cabalga.
No deja de sorprenderme el fanatismo de los independistas, no tanto potr serlo, como sí por seguir proclamando que el líder que les ha dado la espalda, siga siendo aclamado como tal. En mi opinión, el Ex Presidente catalán, está políticamente muerto. No ha tenido el coraje ni la disposición de seguir la suerte de los demás, que eran sus subordinados, y eso tiene un precio.-
Mis conocimientos jurídicos, no me dan para dilucidad si la jueza Lamela, ha resuelto con mayor o peor fortuna en las encarcelaciones sin fianza.. Mis conocimientos políticos, si me hacen pensar, que esto no solo no da solución político al problema catalán. y que la sentencia es gasolina para apagar el fuego que otros pirómanos prendieron. Por eso afirmaba más arriba, que nos quedan muchos trozos que ver de esta película. Rajoy, ha tenido la prudencia de convocar elecciones sin dilación alguna, pero no tengo ningún indicio que me haga pensar que el resultado de las mismas, vaya a plantear un escenario muy distinto al que teníamos antes de la pantomima de las urnas independentistas. Y con similar escenario como creo que saldrá. el problema va a seguir sobre la mesa.
En cuanto a las mis veces repetida frase de diálogo, por el momento no es más que una entelequia. ¿Cómo se puede dialogar cuando una parte quiere que se haga de independencia y la otra que solo se hable de unidad?. Como mínimo, en un panorama similar al anterior, tendríamos que tener distintos actores. Pero no solo en Cataluña: también en Madrid. No sé si esto va a ser posible, desde luego en Madrid, de momento ni se contempla.
El resultado de esta aventura, ya se está haciendo notar. Rebajamos la previsión de crecimiento económico, las empreas catalanas huyen en desbandada, los inversores extranjeros se retraen hasta ver en qué queda todo esto, y –lo que es más importante y más doloroso-, la sociedad catalana, se encuentra dividida, fragmentada, rota. Hasta dentro de la familia, se palpa la tensión porque la división es patente.
Emprender una aventura de separación unilateral, requiere un consenso y un petición inmensamente mayoritaria. No es este el caso actual en Cataluña, donde la mitad de su población, no puede someter a la otra mitad . Esto no va de conmigo o contra mí. Esto va, de que las posturas distintas se razonen, se comenten y si la división sigue en estos porcentajes, renunciar por ahora a tant veleidad, y esperar a tenet la fuerza social para decidir que se debe hacer.
Y que lo veamos pronto.
