Arantxa Echevarría llevaba más de dos décadas rodando anuncios, cortometrajes y documentales cuando su primera película, Carmen y Lola (2018), le valió el aplauso de la crítica y un merecido Goya a la mejor dirección novel. Desde entonces, se ha convertido en una de las realizadoras más solicitadas del cine español y ha encadenado largometrajes con los que profundizar en dos de sus temas fundamentales: la denuncia social y la sátira política. Con La infiltrada, que llegará a las pantallas de toda España el próximo 11 de octubre, la bilbaína va un paso más allá y se sumerge en la historia real de Aranzazu Berradre, la policía nacional que permaneció ocho años infiltrada en las entrañas de ETA renunciando a sus lazos familiares y arriesgando su vida para desarticular uno de los comandos más peligrosos de la banda terrorista.
«Ha sido un viaje precioso, y una oportunidad para dar a conocer una historia que casi nadie conocía al tratarse de una mujer», ha señalado Echevarría esta tarde en los cines Kinépolis Valencia, donde ha asistido para presentar la película junto al actor Víctor Clavijo. «Era una chica recién salida de la academia que se vio arrastrada por un manipulador a lo más profundo de la izquierda abertzale, y creo que ya ha pasado el tiempo suficiente como para abordar este tema como es debido, porque ETA es memoria histórica». Sobre su primera experiencia en el thriller psicológico, la cineasta reconoce que «algunos se han sorprendido por verme en este registro», si bien afirma también que «yo soy una creadora con múltiples facetas, y no tiene sentido limitarse a seguir un solo camino». Carolina Yuste, presencia habitual en la filmografía de la directora vasca, asume el papel principal de este trepidante relato que cuenta también con Luis Tosar, Víctor Clavijo, Nausicaa Bonín, Íñigo Gastesi, Diego Anido y Pedro Casablanc.
