El cohetódromo ha acogido esta noche las Cordàs de los tiradores más pequeños. Kilos y kilos de pólvora han iluminado la gàbia gracias al buen saber hacer de estos jóvenes coheteros que, una vez más, han demostrado ser tan capaces y competentes como sus homólogos adultos.
La gran novedad de este año ha sido la Cordà querubín, organizada por la Federación de Interpeñas. Niños de entre ocho y diez años han sido los grandes protagonistas de esta exitosa tirada, que se ha alargado durante más de diez minutos y no ha tenido que lamentar ningún incidente. Así es como los querubines han demostrado que se puede confiar en ellos para ser el futuro de la fiesta del fuego. En esta primera toma de contacto, veinte pequeños tiradores se han adentrado en el cohetódromo para disfrutar de unos cartuchos adaptados a sus necesidades y seguridad.
Después de los querubines, los infantiles y los juveniles han tomado el relevo. Los primeros, de entre diez y catorce años, ya contaban con la experiencia suficiente como para enfrentarse a cohetes mucho más fuertes. Los segundos, comprendidos entre los catorce y los dieciocho, ya acarician el momento de unirse a la Cordà de la Calle Mayor. Es por ello que han disparado cohetes que poco tenían que envidiar a cualquier otra tirada tradicional.
Son todos estos jóvenes, de diferentes edades y peñas, los que demuestran con sus actos y con su valentía que son la generación mejor preparada para unirse a la Cordà. Cuentan con experiencia, con conocimientos teóricos y con ilusión por el fuego, ingredientes que los convierten en los tiradores perfectos y, sobre todo, en un futuro seguro para la fiesta más emblemática de Paterna.