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El Desván de la Mente: Todo el mundo hablando de amor y pocos se atreven a practicarlo

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Tenemos amores que se actualizan a diario, que impregnan los muros del mundo con filtros fotográficos, ocultando un sentimiento totalmente precario.  Tenemos amores a posteriori, aquellos que desean  tener hijos y estar casados, olvidando que sin nada que reír en el ahora, no habrá un futuro donde recordar un pasado. También hay amores esporádicos, aquellos que necesitan una hora y un lugar para estar, que no saben que con mirarse a los ojos también se puede disfrutar.

Amores, amores y amores. Hoy en día todo lo que sea cogerse de la mano se llama amor. Pero el amor, el amor si no se practica puede acabar siendo la peor de las pesadillas. No hay amor sin besos, no hay amor sin pasión. No existe nada sin un combustible que haga bombear nuestro corazón.

Por ello, no sé a qué estamos esperando. No entiendo como menospreciamos tanto un abrazo, como dejamos para mañana un orgasmo. No me cabe en la cabeza como apagamos un fuego que nació de la nada, como mandamos al olvido todas esas caricias de madrugada. No sé en qué nos estamos convirtiendo, solo sé que donde muere el cariño y el contacto físico, nace el odio, el sufrimiento y el pánico. Solo sé que estamos sufriendo una deshumanización, aquello que nos diferenciaba de los animales nos está condenando a la extinción. A la extinción de los besos con los ojos cerrados, sinceros como dos cuerpos que se funden en un abrazo. Estamos dejando morir la fe en la única religión hasta hoy corroborada, esa energía tan desconocida como la magia.

Llamadme peliculero, pero todos vivimos en busca de la felicidad. Todos deseamos un mañana estable, pero lo que no sabemos es que lo único que necesitamos es una persona al lado que nos ame. Vagamos por el reloj buscando un final feliz, sin saber que esta vez los medios serán los que justifiquen el fin. Por ello, el amor no entiende de desapego. El amor vive en cada detalle, en cada caricia, en cada te quiero. El amor surge de una mirada entre cuatro ojos que no necesitan mil palabras para brillar. El amor surge cuando dos personas disfrutan aullando juntos a la luna. Cuando las sábanas sufren de envidia al presenciar actos desenfrenados de lujuria y locura.

El amor vive porque siguen existiendo gentes dementes portadoras de corazones potentes. Vive porque siguen habiendo ancianos que se abrazan como la primera vez, porque siguen habiendo robos de besos en las calles y parques, porque siguen habiendo gemidos hasta las tantas. Podemos hablar del amor porque aún hay personas que prefieren los hechos a las palabras, que eligen comerse a besos cada día a promesas que acaben perdidas.

Por todo esto, creo que ya es momento de dejarte de gilipolleces. Creo que es momento de que dejes de hablar y de que comiences a practicar el amor con creces. Momento de devolver la sonrisa a tu rostro, de vivir de risa en risa y brindar por vosotros. Creo que ha llegado el momento de dejarte llevar, de hacer todas esas locuras de las que te creías incapaz. Es momento de despedir a la vergüenza, suficiente mal te ha hecho ya, y que comiences a disfrutar.

Así que tú decides, puedes seguir hablando de amor o ponerlo en práctica desde ya.