Ayer, la Conselleria de Medio Ambiente inadmitió a trámite la petición de un informe ambiental por parte de Intu, al considerar que el megacentro comercial repetía los mismos errores que ya le valieron un documento desfavorable en el año 2016: interferir con el trazado de la CV-35 y perturbar el nuevo cauce del barranco de L’ Engolça.
Hoy, Intu ha respondido a la Conselleria alegando que ninguna de esas dos afirmaciones es cierta. «El nuevo proyecto de centro de ocio para Paterna cumple ampliamente la normativa vigente sobre protección de la red viaria. Así, intu Mediterrani ha duplicado la distancia prevista en la ATE Puerto Mediterráneo y separa la manzana de uso terciario 100 metros de la CV-35. Además, se solucionan los problemas actuales de ruido que genera la CV-35 sobre los barrios residenciales contiguos al centro y se añade un nuevo vial externo a la actuación, necesario para mejorar la movilidad existente en los polígonos de Táctica y Fuente del Jarro en Paterna» asegura en una nota de prensa la promotora.
Y prosigue: «El proyecto presentado en julio cumple con todas las obligaciones legales respecto del cumplimiento de la Ley 6/1991 de Carteras de la Comunidad Valenciana, ya que los usos previstos en la propuesta para la zona de protección coinciden con los permitidos en dicha ley, ya que no suponen ninguna limitación para la instalación de servicios anexos, ni para las actividades de mantenimiento extraordinario, y permitirán desarrollar la máxima ampliación posible de la CV-35 y la remodelación del enlace de la A-7».
Asimismo, también aportan las especificaciones técnicas de esta afirmación «Según la definición geométrica de la propuesta presentada, la parte de la zona de protección colindante con la autovía permite acoger la ampliación de calzada a 4 carriles (máximo número permitido), una terciana de separación lateral con una vía colectora-distribuidora de 2 carriles, añadiendo los arcenes correspondientes. Por lo que la disponibilidad de terrenos de la zona de protección no supone ninguna limitación para la posible realización futura de nuevos accesos y/o instalación de servicios anexos.
Para disponer de suficientes terrenos para actividades públicas de mantenimiento, bastaría con una anchura de terreno de unos 12 metros medidos desde el extremo lateral del arcén actual, para dar cabida a un posible, pero muy improbable, desvío temporal de la calzada de la CV-35 por un hundimiento o corte repentino. En la sección transversal más crítica habría disponibles 13 metros de anchura desde el arcén de la nueva sección de calzada propuesta hasta el inicio del encauzamiento, que superan los 12 metros necesarios»
Por otro lado, con respecto al barranco de L’Endolça añaden que «el encauzamiento del barranco D’ En Dolça ejecutado por la propia Generalitat aguas arriba y aguas abajo a mucha menos distancia de la calzada se encuentra totalmente inmerso dentro de la zona de protección de las carreteras CV-35, CV-31 y CV-30. Es por ello incongruente el argumento esgrimido en el último informe que propone la denegación de la propuesta si tenemos en cuenta que el marco legal y técnico ha de afectar por igual a la Administración y a los administrados».
Sobre el peligro de inundaciones, la promotora alega que «junto a la ampliación de la protección de la red viaria, el nuevo desarrollo introduce numerosas mejoras respecto al planteamiento inicial. Así, intu Mediterrani duplica los sistemas de balsas de laminación de cabecera y cola aunque las balsas diseñadas en el proyecto de la ATE disponían de informes favorables tanto de la Administración estatal como Autonómica. Esta duplicación busca disminuir las crecidas de agua del barranco que provocan cortes de circulación cerca de nuestra actuación, siendo la población del entorno los más perjudicados.»
Finalmente, mantienen que más de veinte estudios sectoriales avalan todas estas afirmaciones y la viabilidad de su proyecto.