La espera para la Gran Cordà de Paterna se cuenta por horas. Sin embargo, tanto tiradores como paterneros ya han podido disfrutar esta noche de un suculento aperitivo con la recreación de la misma que se ha llevado a cabo dentro del cohetódromo. Alrededor de cuarenta cajones y quince minutos de tirada han constituido esta pequeña pero intensa miniatura de lo que pasa cada último domingo de agosto en la Calle Mayor.
El acto fue pensado como un intento de acercar la pólvora a los vecinos de Paterna. Los cohetes, al estar encerrados dentro de la jaula, permiten a los espectadores disfrutar de manera más libre y segura del gran espectáculo. Además, la extensa explanada también es capaz de acoger a los centenares de curiosos que anoche quisieron vivir la Cordà de primera mano. Algunos de ellos ya se habían reservado sitios al límite de la valla incluso dos horas antes de que diera comienzo la tirada.
El último sábado de agosto en la gàbia, además de ser un homenaje a la Cordà, también constituye un guiño a las tradiciones gracias al disparo de la peça. La peça consiste en una arqueta cargada de cohetes que se lanza desde lo alto de un andamio. Esta corre por unos hilos de punta a punta del cohetódromo, haciendo volar la pólvora también por encima de las cabezas de los tiradores.
Como todos los actos del fuego, la recreación de la Cordà siempre ha gozado de fuertes medidas de seguridad. Sin embargo, este año se han extremado todavía más las precauciones con un incremento en el número de vallas y un endurecimiento de los controles de acceso al interior del recinto. Todo ello con el ánimo de evitar incidentes en un acto que cada año cuenta con más adeptos.
Las siguientes citas con la pólvora serán mañana a las diez de la noche con el pasacalle de cohetes de lujo y, esta vez sí, a la una y media de la madrugada para disfrutar de la Millor Cordà del Món.