Durante la tarde del 8 de octubre, se ha celebrado en el Ayuntamiento de Paterna el tradicional pleno institucional que reúne a autoridades y representantes de la localidad con el objetivo de otorgar las máximas distinciones de la Villa a algunos de sus habitantes modelo. En esta ocasión, los premios han sido para Diego Ramón Verdú, presidente del Paterna CF durante más de treinta años, y para Salvador López Marfe, versador local y gran defensor del uso de la lengua valenciana.
La gran novedad de la celebración durante este año ha sido que, por primera vez, se ha introducido la figura de una intérprete de lenguaje de signos, la cual se ha dedicado a retransmitir durante todo el acto las intervenciones de los oradores en su totalidad.
La Insignia de Oro de la Villa, junto con el correspondiente diploma acreditativo, han sido otorgados, a título póstumo, al presidente del Paterna CF Diego Ramón Verdú. La consecuente recogida de los mismos ha corrido a cargo de su hijo, en representación de toda la familia, también presente en el acto.
El presidente del Paterna Club de Fútbol no ha sido únicamente recordado por su gran labor deportiva al conseguir la subida del grupo a tercera división, sino también por su incansable tarea en la defensa y proclamación del deporte como un elemento integrador de las personas y de los jóvenes de la localidad. A él también se le ha atribuido la iniciativa de remodelación del estadio del equipo, y ha sido ensalzado en más de una ocasión como un gran profesional que tenía como bandera los valores del trabajo y del esfuerzo, en una vida que dedicó durante muchos años a su equipo y también a su pueblo.
El otro gran ensalzado y condecorado ha sido Salvador López Mafe, quien se convirtió en versador en el año 1992 durante las fiestas de Las Dolorosas de Paterna. Durante el acto, se ha hecho especial distinción a su larga trayectoria como versador, la cual lo ha llevado a participar en cualquier acto tradicional o festivo que tuviera que ver con defensa de la lengua valenciana.
Durante su intervención, ha defendido el uso y continuidad del valenciano como un elemento vertebrador de la fiesta y de la cultura de nuestras tierras: “lo necesario para que una lengua se mantenga, no es que la aprenda mucha gente» declaraba «sino que se hable día a día […] Es nuestra lengua, la que habla nuestro pueblo y la que todos deberíamos hablar”. El premiado también ha tenido un momento para el recuerdo y agradecimiento a sus padres, quienes le enseñaron a hablar su amada lengua por primera vez; y a su mujer, quien ha constituido un gran apoyo para él en su día a día como versador.
Finalmente, el alcalde de la localidad, Juan Antonio Sagredo, ha cerrado la ceremonia con una evocación a nuestro Estatuto de Autonomía, el cual nos permite vivir y disfrutar nuestra propia identidad como valencianos, así como «preservar nuestra rica historia sin renunciar a un futuro en conjunto». También ha querido rememorar a los ayuntamientos como una pieza clave en los procesos de identidad autonómica, los cuales permitieron que este en particular pudieratener a los paterneros como prioridad sobre cualquier otra cosa.
Su último recuerdo ha sido para honrar al deporte de la Villa como un actor indispensable de la labor social que ha unido a este pueblo, y también ha recalcado que el uso del valenciano no ha de ser un elemento que nos diferencie de otros, sino un ingrediente fundamental para la integración entre nosotros mismos.