Anoche, Paterna volvió a ser bautizada en fuego. Como cada último domingo de agosto, la Calle Mayor acogió el acto más esperado de las Fiestas Mayores de Paterna: la Gran Cordà. Pasaban pocos minutos de la una y media de la madrugada cuando, por fin, la bengala verde cruzaba el recinto para dar comienzo al incansable disparo de cohetes.
En tan solo 22 minutos se quemó toda una tonelada de pólvora, que se encontraba repartida en poco más de 70.000 cohetes. 365 tiradores repartidos en un total de 126 cajones fueron los encargados de hacer arder la Calle Mayor. Nuevamente, el tiempo estival no acompañó del todo a la tirada, ya que la ausencia de ráfagas de aire provocó la acumulación de humo a ras de suelo. A pesar de este contratiempo, los coheteros salieron de la Cordà con una muy buena impresión de la misma, y la calificaron como una de las mejores tiradas de los últimos años.
Un miembro de Protección Civil resultó herido por proteger a un turista ebrio.
En cuanto al número de incidentes, nada más acabar el acto se conoció que una ambulancia había tenido que trasladar a un individuo hasta el hospital, supuestamente por un desmayo. Sin embargo, todavía no se conocen las verdaderas causas ni su estado de salud. En cuanto a heridos leves, los servicios de Protección Civil atendieron a alrededor de una veintena de personas en el hospital de campaña, aunque ninguna de ellas presentaba dolencias de especial relevancia.
Sobre los tiradores, algunos fueron atendidos por inhalación de humo o por insuficiencias respiratorias leves al finalizar la Cordà. Sin embargo, no ha trascendido ningún caso de quemadura o de herida por cohete.
Quien sí que tuvo que lamentar lesiones físicas provocadas por la pólvora fue un miembro de Protección Civil, que se vio obligado a proteger a un turista ebrio que se encontraba demasiado cerca de la tirada en el momento de la explosión de un cajón. La Policía Local procedió a la detención del individuo, mientras que el otro fue atendido por una quemadura a la altura de las costillas. A pesar de lo aparatoso, el miembro de Protección Civil no precisó de más atención que la del hospital de campaña y pudo marcharse por su propio pie. Este hecho recuerda que los espectadores de la Cordà acuden a las inmediaciones de la misma por su cuenta y riesgo, por lo que es preciso que actúen con la máxima responsabilidad y cautela.
Estos son los datos a pie de calle que se recopilaron al final de la tirada, pero mañana se conocerán con exactitud todas las cifras oficiales de incidentes.
Cercavila de cohetes de lujo y Recordà
Los otros dos grandes actos del fuego reservados para el último domingo de agosto fueron el Cercavila de cohetes de lujo y la Recordà. El primero tuvo lugar a las diez de la noche y partió, como viene siendo tradicional, desde la Plaza del Pueblo. Allí, el sacerdote Juan Antonio Cabanes bendijo el fuego de la Cordà y encendió la llama del primer cohete de lujo. El pasacalle se alargó durante prácticamente una hora y en él participaron decenas de vecinos de Paterna y amantes de la pólvora.
Pasadas las tres y media de la mañana, y todavía con la resaca de la Cordà en el cuerpo, tiradores y curiosos se congregaron en el Parque Central para la Recordà. Esta tirada, que trata de recrear los tiempos en los que los cohetes andaban sueltos por el pueblo, es un reclamo al que cada año acude más gente. De hecho, recientemente la Federació d’ Interpenyes pidió una protección cultural de la Recordà equivalente a la que se llevó a cabo con la Cordà, por su alto valor patrimonial y tradicional.